A tan solo dos capítulos para que acabe la tercera (si no contamos la precuela) y última temporada de Spartacus, titulada War of the Damned (La guerra de los condenados), está a punto de despedirse de la parrilla televisiva una de las mejores series que se han emitido en la televisión en los últimos años.
En su momento ya dediqué una entrada a esta genial serie, pero no quería que fuera de los pocos temas que se vayan a repetir en este blog.



Lejos, muy lejos, ha quedado la arena y las grandes luchas, dando paso a escenas de batalla mucho más colosales, pero sin perder las excelentes dosis de intriga, acción, sangre y sexo que tan alto han llevado a esta serie.
Spartacus, en esta última temporada, ha entendido el valor de la libertad, dejando a un lado aquella ansia de venganza que le llevó a escaparse del ludus de Batiatus y que le permitió llegar a liderar un ejército.
Si seguís esta serie con tanta pasión como yo, tendréis una mezcla de ganas de ver terminar la temporada y pena porque acabe, pero así son las series buenas, hay que saber despedirse a tiempo y por todo lo alto.
En otra entrada os traeré más material y curiosidades sobre esta impresionante serie, prometido queda.
Os dejo con el tema central, que me apasiona
Hasta el próximo blog y vamos Spartacus, llena el suelo de sangre romana hasta el final! ;-)
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